Carmen y Don José, Elisabeta y Don Carlos, Isolda y Tristán, Cio-Cio San y Pinkerton, Rusalka y el Príncipe, Salud y Paco, Mélisande y Pelleas Maddalena y Chenier… La lista es interminable. Todas estas parejas tienen en común el trágico final de su historia de amor. El repertorio operístico está plagado de amores imposibles por causa del distinto origen de los protagonistas.