Ha finalizado la campaña de campo de cuevas heladas en los Picos de Europa, desarrollada entre el uno y el quince de agosto. Este año se han realizado las observaciones sistemáticas y el cambio de instrumentación en las cuevas que monitorizadas desde hace 10 años para el seguimiento endoclimático y la evolución del hielo. A los trabajos en Verónica y Altaiz, se han sumado los de exploración en cuevas heladas. En la P-13, un año más, no se ha conseguido alcanzar la sala helada, si bien hay expectativas muy positivas para alcanzarla la próxima campaña. En cambio, la K5 se ha podido explorar hasta 120 m de profundidad y se ha equipado al completo. Un equipo formado por miembros del CES Alfa, del CEG y de Pangea han explorado la cavidad ya conocida y cartografiada en 1979. En los trabajos, que duraron dos días, se ha dejado equipada para sucesivos descensos en los años venideros y se han instalado sensores térmicos en tres pozos escalonados. Además se ha realizado la topografía con el objeto de comparar la situación del hielo en 1979 y en la actualidad. Las primeras observaciones muestran que no han existido cambios importantes en los volúmenes de hielo en los últimos 40 años. Con el equipamiento de esta cavidad son ya cuatro las cuevas heladas con seguimiento endoclimático en los Picos de Europa, trabajos que permiten un conocimiento más exhaustivo de un medio característico de estas singulares montañas.